El alma de Tánger es el eco proyectado de su historia, marcadas por las voces de remotos conquistadores y por el colonialismo más reciente. Su privilegiada ubicación geográfica, lugar de encuentro de dos mares, Atlántico y Mediterráneo y dos continentes, Europa y África, ha determinado su historia desde su fundación, sobre la que existen numerosos mitos.
Se cree que Tánger es la ciudad más antigua de Marruecos y que fue fundada en el año 1600 antes de Cristo por los fenicios. Estuvo bajo dominio cartaginés, romano y vándalo. En el siglo VII pasa bajo control del islam. Ha estado bajo manos portuguesas durante dos siglos y también posteriormente bajo control británico. Ha sufrido ataques de la flota española y francesa, que intentaron someterla. En diciembre de 1923 se terminó la discusión sobre su dominio con la firma en París del Estatuto de Tánger, por el cual a la ciudad se la consideró un enclave internacional, zona de neutralidad permanente, se prohibieron todos los actos de guerra dentro de sus límites y la ciudad, aunque formalmente estaba bajo la soberanía de un sultán quedó “de facto” bajo la administración conjunta de diez países. Desde entonces y hasta 1956 (año en que tuvo lugar la declaración de independencia de Marruecos) Tánger fue ciudad internacional, punto de acogida del exilio burgués europeo y estadounidense, ciudad franca, internacional, bohemia, liberal y también libertina, en la que se convivían traficantes, espías, prostitutas, multimillonarios extravagantes, cazafortunas, magnates, nobles arruinados que conocieron tiempos mejores y oportunistas de todo tipo en búsqueda de un negocio fácil.
Muchas han sido las personalidades que terminaron atrapadas bajo su embrujo. Sin duda, uno de los mayores impulsores de su fama en el exterior fue el pintor Eugene Delacroix, quien en el año 1832 se trasladó a Tánger como Agregado del Embajador francés en Marruecos. Los dibujos y bocetos que realizó durante su estancia supusieron el comienzo de la pintura de corte oriental en Europa, siendo la mejor campaña publicitaria que pudo tener Tánger. En la segunda mitad del siglo XIX fue punto de encuentro de toda una generación de artistas atraídos por el exotismo de oriente: Pierre Loti, Delacroix, Alejandro Dumas, Marquet, Henri Matisse. A comienzos del siglo XIX, Europa vuelve sus ojos a Oriente y África. Esta visión hacia otros ámbitos humanos y geográficos da lugar a la gestación de formas pictóricas y literarias que, ampliamente se conocen con el nombre de orientalismo.
En 1947 Jane Auer y Paul Bowles llegaron a Tánger buscando inspiración y se residieron en ella más de cincuenta años y, siguiendo su estela, escritores y músicos de la generación beat y hippie llegarían a Tánger en años posteriores: Truman Capote, William Burroughs, Jack Kerouac, Tennese Williams, Francis Bacon, Samuel Beckett, Virginia Wolf, Gore Vidal, Luchino Visconti, Bárbara Hutton o los Rolling Stone son sólo alguno de sus más conocidos residentes temporales.
Quizá hoy en día sea más que Tánger vive a la sombra de su pasado, pero, no por eso deja de seguir ejerciendo, de otra manera, la fascinación que antaño produjera. Es uno de esos espacios por los que, a veces, uno transita pensando que está de paso y terminan por adherirse a la piel.
TÁNGER ESENCIAL
En Tánger conviven dos ciudades: la medina, que atesora la esencia de la tradición islámica y la ciudad moderna y cosmopolita creada por las potencias extranjeras, principalmente por residentes españoles.
La parte antigua de la ciudad aparece rodeada por las murallas de Tánger, Estas murallas tienen trece puertas de acceso y cuentan con siete baterías de defensa. Es un bastión cuadrado, con torres poligonales y semicirculares, de origen portugués. En su interior hay dos partes claramente diferenciadas, la Kasbah y la Medina.
LA MEDINA DE TÁNGER
Medina es el nombre que se le da a un barrio antiguo de una ciudad árabe. Normalmente suelen estar rodeadas por murallas y torres de vigilancia -tenéis más información sobre las medinas en la sección “saber más” la página web de Marrakchía, en el apartado de arquitectura- y, éste es el caso de esta ciudad. La más pintoresca entrada a la medina es a través del Zoco Grande. El Zoco grande es el lugar donde se encuentran la vieja medina y la ciudad nueva. El Zoco Grande era anteriormente un mercado rural, hoy en día es la plaza más grande de la ciudad y responde al nombre de Plaza 9 de Abril fecha en la que Mohamed V, el abuelo del rey actual, pronunció en el año 1947 el discurso de la independencia de Marruecos de Francia.
En la Plaza 9 de abril, justo en la esquina de la plaza de Merchane, se encuentra la MEZQUITA DE SIDI BU ABID, construida entre los años 1913 a 1921 en estilo alauita. Tiene un precioso minarete recubierto de cerámica polícromada que se ve prácticamente desde cualquier punto de la ciudad.
EL PALACIO DEL MENDOUB con sus jardines, conocidos como los JARDINES DE LA MENDOUBIA, apenas a una distancia de una calle de esta plaza. Estos jardines son famosos por ser el hogar de un enorme árbol de baniano de más de 800 años de antigüedad y por sus dragos centenarios. En el palacio del Mendoub se encuentra el museo Forbes que alberga una colección de soldaditos de plomo que pertenecían al magnate editorial Malcom Forbes.
Desde la plaza, atravesando la puerta Bab Al Fahs, que reconoceréis por ser una puerta de doble arco de herradura apuntado, sin apenas decoración, comienza la Medina.
Qué ver en la Medina de Tánger:
1.- El ZOCO CHICO, es el centro neurálgico de la ciudad y donde se encuentra la verdadera esencia marroquí. Es una pequeña plaza, de estilo español, rodeada de cafés y viejos hoteles, situada al final de la calle Rue des Siaghins. Llegaréis a esta calle desde la Bab Al Fhas, por la Rue d’Italie, cogiendo la primera calle a la derecha. En los años 20 era la zona de peor reputación de la medina.
Entrando por la calle Siaghins (la calle de los orfebres) nos encontramos con la antigua Iglesia Católica de la Purísima Concepción, hoy en día centro social de las Hijas de la Caridad de Calcuta, junto a la que se encuentra el DAR NIABA, un palacio del siglo XIX, de estilo renacentista que fue sede de la Legación francesa y también residencia del Naib – de ahí su nombre-. El Naib era el representante del Sultán. También es recomendable visitar el Fondak de Shiaguins.
En el zoco chico destacan EL CAFÉ TINGIS Y EL CAFÉ CENTRAL, lugares de reunión frecuentada por los artistas e intelectuales extranjeros residentes en la ciudad, como Oscar Wilde, Jack Kerouac, André Guide o Ian Fleming, quien encontró aquí la inspiración para su personaje de James Bond. En aquel tiempo, Cecil Beaton fotografiaba las blancas calles de la medina y Francis Bacon buscaba a las musas. Podéis aprovechar para disfrutar de un café o un té de menta acompañado de un dulce marroquí. El dramaturgo Tennesse Williams era un habitual en la terraza del café Tingis y del Bar del hotel Minzah desde que llegó a Tánger en el año 1973, en plena crisis personal y creativa. Se encontraba bloqueado en la obra que en aquel momento escribía “The red devil battery sign”, buscaba la ciudad de los años 50, más liberal y abierta, que ya no existía. Allí pasaba las horas, empapándose del espectáculo que transcurría frente a sus ojos. Probablemente, poca diferencia habrá en la actualidad en esta terraza respecto de la que conoció en los años 50. Muchos buscaron ese “estado de libertad” del que hablaba Truman Capote cuando evocaba sus recuerdos en Tánger. Decía Capote que “casi todo en Tánger es inusual. Antes de venir conviene hacer tres cosas: vacunarse contra el tifus, sacar los ahorros del banco y despedirse de los amigos. Dios sabe si los volverás a ver” y, es que más de uno aterrizó en sus calles de vacaciones y terminaron estableciéndose en ella durante un tiempo.
Otro café que merece la pena visitar es el Café Hafa, un café fundado en 1921. Las terrazas del café están situadas de manera escalonada en la pared de un acantilado en un paraje natural con vistas al océano. A determinadas horas hay bullicio de gente, tanto local como extranjera, buscando mesa y está un poco retirado, pero merece la pena. Podéis llegar perfectamente andando, dando un paseo, aunque también podéis coger un petit taxi, pero el entorno es muy bonito y las vistas son extraordinarias, por lo que tenéis asegurado un bonito recuerdo si os animáis a desplazaros para tomar un té a la menta en sus terrazas.
De la Place Petit Socco, si tomáis la Rue Almohades, entraréis en la principal zona de venta de artesanía. A título de curiosidad, en esta misma calle se encuentra el PALACIO SIDI HOSNI, residencia de verano de la multimillonaria Bárbara Hutton, que se hizo con ella arrebatándosela al Generalísimo Franco que se había encaprichado con la villa, pero como estaba acostumbrada a tener cuánto quería, le bastó con doblar su oferta para quedarse con el Palacio. Actualmente el palacio está en desuso, pero en entre los años 50 y 70 no era así, el palacio vivía en una fiesta continua durante el tiempo en que Hutton residía en ella. Sus fiestas, llenas de lujo, eran legendarias. La excéntrica Hutton recibía a sus invitados sentada en un trono de oro llevando sobre la cabeza la tiara de esmeraldas de la Gran Zarina rusa Catalina La Grande. La ironía de la situación es que la mujer que entonces era la mujer más rica del mundo, heredera del imperio Woolworth, quién siempre consiguió todo cuanto el dinero puede comprar, no pudo ver cumplido su último deseo, el de ser enterrada en Tánger por falta de, justo de lo que siempre tuvo, dinero. Cuando murió, de su legendaria fortuna apenas quedaban 3.000 dólares.
Si desde la Place Petit Socco tomáis la Rue de la Marine llegaréis a la GRAN MEZQUITA, fundada por Moulay Ismail a finales del siglo XVII. Este edificio guarda en su interior mucha historia, pues en su interior se encontraron restos de un antiguo capitolio romano, durante la ocupación portuguesa fue convertida en la Catedral del Espíritu Santo. Tiene una bella puerta de acceso de mosaico de azulejos decorados y un alminar revestido de azulejos verdes, el color del Islam, que cuenta con una decoración de motivos geométricos. Frente a la Gran Mezquita está el edificio de la Madraza que fue reconstruido en el siglo XVIII.
Si continuáis caminando por la Calle Marina llegaréis a la zona portuaria. En los últimos años ha sido totalmente renovado, se recuperó la muralla portuguesa y eliminaron edificios que habían sido construidos delante de la muralla, que restaban visibilidad sobre el puerto y se ha construido un paseo marítimo que es una de las zonas más frecuentadas, tanto por los visitantes, como por los residentes en Tánger, que pasan parte de su tarde haciendo este paseo contemplando el mar. Al final del paseo hay una pequeña playa.
Frente a él se encuentra el mítico HOTEL CONTINENTAL, que abrió sus puertas a finales del siglo XIX. Fue el primero que se abrió y el único superviviente que queda del pasado cosmopolita de la ciudad que comienza a fraguarse en el XIX. Su fama se gestó durante la época en que Tánger fue ciudad internacional. Por sus salones y dormitorios pasaron todo tipo de celebridades de la época y altos dignatarios extranjeros. Aquí residió Churchill durante su época de corresponsal extranjero. Pero, también entre sus paredes se alojaron Degas, Somershet Maugham, Ava Gardner, Mercedes Acosta, Antonio Gaudí, Jacinto Benavente, Emilio Castelar, Pío Baroja y muchos otros en una larga lista que se cuentan por centenas. Desde su terraza se dispone de una vista panorámica extraordinaria sobre parte de la medina y la zona del puerto. El hotel no es, hoy el día, uno de los mejores de la ciudad, pero su pasado, hoy recordado por su suntuosa decoración de estilo local, le confiere un carácter singular que ningún otro posee y que bien pueden apreciar quienes aman la historia y las historias, de las que este hotel tendría muchas que contar.
Otro de los hoteles legendarios es el GRAN HOTEL VILLA DE FRANCE, declarado, por ello, monumento histórico nacional. Tuvo invitados ilustres como Delacroix y Henri Matisse, quien vivió entre sus paredes durante un tiempo. Desde la habitación 35 pintó “Vista de la bahía de Tánger” y “vista del paisaje desde una ventana”. Permaneció cerrado durante más de diez años. En 2014 volvió a reabrir sus puertas tras la restauración.
El MINZAH completa el trío de hoteles de leyenda y es el más prestigiosos de todo Tánger. Su arquitectura es hispano-morisca. Durante la segunda guerra mundial convivieron en él pacíficamente, en alas separadas, oficiales aliados y nazis, enemigos irreconciliables en el campo de batalla. Merece la pena recorrer sus jardines y su restaurante, uno de los mejores de la ciudad.
LA KASBAH o Alcazaba es una medina dentro de la propia medina. Es una ciudadela fortificada rodeada de murallas en cuyo interior hay un conjunto de monumentos de gran interés. Está situada en el punto más alto de la ciudad, rodeada de murallas y cuenta con unas bonitas vistas de la bahía Tánger y el puerto. Se accede desde el Zoco Chico, subiendo por las típicas callejuelas de la Medina, o por el exterior, por la avenida de Italia.
Dentro de la Alcazaba, encontraréis:
1.- EL PALACIO DE DAR EL MARKHZEN
Es un palacio del siglo XVIII, construido durante el reinado del famoso sultán Moulay Ismail, segundo gobernante de la dinastía alaouita. Este palacio era la residencia de los sultanes de Marruecos durante su estancia de la ciudad. El Palacio se utilizó por última vez como residencia real en el año 1912 cuando se exilió en el Sultán Moulay Hafid, que fue obligado a abdicar.
Hoy en día, las habitaciones del sultán son la sede del Museo de las Artes Marroquíes y en las antiguas cocinas se ha emplazado el Museo de Antigüedades. Las piezas exhibidas en ambos museos son un relato de la historia del país, pero independientemente de su visita, merece la pena la visita por el propio palacio, que es una de las atracciones más espectaculares de la ciudad. Desde los jardines del sultán se tiene una vista panorámica excepcional de la ciudad de Tánger y del Estrecho de Gibraltar. En los días claros pueden vislumbrarse la línea litoral de los municipios costeros españoles.
En el Museo de la Artesanía están representadas las producciones más características de las diferentes regiones, sedas y tejidos, cerámicas, artesanía en latón, vajillas, instrumentos musicales, alfombras, armas y ajuares tradicionales, joyas y trabajos en madera y hierro forjado.
La colección del Museo de Antigüedades es muy interesante porque muestran piezas arqueológicas halladas en los emplazamientos romanos de Volúbilis (especialmente destacable es el mosaico de “La travesía de Venus”), Cotta, Banasa, Tamuda y Lixus. Una parte de la exposición está dedicada a Tánger – la antigua Tingis- y la zona aledaña en la prehistoria y épocas fenicia y romana.
2.- LA MEZQUITA DE LA KASBAH, cuya peculiaridad arquitectónica es el alminar o minarete, que es octogonal, en lugar de cuadrado como suele ser en las mezquitas del Magreb.
3.- DAR ESH-SHERA, lugar donde se ubicaba el antiguo tribunal de Tánger y que reconoceréis porque cuenta con un bello pórtico de mármol blanco. En las proximidades se encuentran las tumbas de Ibn Battuta, un mítico viajero del siglo XIV, y de Ibn Jaldun, un historiador de la Edad Media.
Ibn Battuta fue el más famoso de los viajeros y exploradores musulmanes. Su viaje, que comenzó con la intención de hacer la peregrinación a La Meca y visitar la tumba de Mahoma en la ciudad de Medina, continuó durante 24 años.
Recorrió una superficie mayor que Marco Polo. Se estima que pudo ser unos 120.000 kms y que abarcó oeste, centro y norte de África, Oriente Medio, Sureste de Europa, Asia Central y Sureste asiático, India hasta llegar a China.
Ibn Battuta es conocido por el libro que recoge la crónica de su viaje, la “rihla”. La rihla es una palabra que se traduce como “viaje por etapas”, pero también es un género literario en sí mismo, propio del Magreb y del Al-Andalus, pues así era como se denominaban a las crónicas de un viaje. El libro de Battuta está publicado en España en la editorial Alianza con el título de “a través del islam”.
4.- BIL EL-MAL, un edificio construido por Moulay Ismael a finales del siglo XVII para albergar la Tesorería, el organismo encargado de la recaudación de los impuestos, un elegante ejemplo de la arquitectura islámica. Tiene un frontón en la fachada sobre una columnata que dan acceso a una gran sala hipóstila que cuenta con un bello artesonado de cedro decorado en la que se encuentran varios cofres que actuaban de cajas fuertes y que nos recuerdan la función que en su origen tenía el edificio.
5.- LA PLAZA DE LA KASBAH
La plaza ofrece unas preciosas vistas de la Bahía de Tánger. Si salimos por la puerta llamada Bab Erraha encontraremos un espectacular mirador desde el que contemplar el Mar Mediterráneo y el Estrecho de Gibraltar con España al fondo.
Si abandonáis la kasbah saliendo por la Bab Kasba accederéis al barrio de Marchan.
Si lo hacéis desde la puerta Bab El Aasa, también llamada puerta de la justicia o puerta de los azotes, estaréis pasando por el lugar donde eran azotados públicamente a los presos de camino a la cárcel de Tánger, que se encontraba a pocos metros, como escarnio público y también a modo de ejemplo para los demás. La puerta fue retratada en un cuadro por Henri Matisse.
Al sur de la medina está el Barrio Beni Iddeer. En él se encuentran varios edificios de gran interés: La SINAGOGA NAHON, edificada en un estilo mestizo que combina el mudéjar, el arte gótico y el islámico es, sin duda alguna, la sinagoga más bella de todo Marruecos, cuarenta lámparas de plata la iluminan. Actualmente es el museo de la cultura judía. Curiosamente, y pese a contar con una importante comunidad judía, que llegó a ser de más de diecisiete mil personas, Tánger es de las pocas ciudades marroquíes que no tiene una mellah –una judería-. Tras la independencia de Marruecos y con la fundación del Estado de Israel comenzó la diáspora. Hoy apenas quedan ciento ochenta miembros de esta comunidad religiosa en la ciudad.
Otra sinagoga que merece la pena visitar es el MUSEO FUNDACIÓN LORIN, este museo tiene una colección de fotografía que retrata la vida social, cultural y política de Marruecos desde los años 30 y también organiza exposiciones temporales de arte moderno, cursos, conferencias y charlas. El museo se aloja en el emplazamiento de la antigua sinagoga Lorin. Está localizado en la calle Siaghin.
Edificio de la Legación de los Estados Unidos. En 1777 Marruecos fue el primer país en reconocer a los Estados Unidos tras su independencia. En 1821 el sultán Moulay Suleiman ofreció al presidente James Monroe un edificio en la antigua medina para que instalase la sede de la misión diplomática estadounidense, donde permaneció hasta 1961, cuando se trasladaron a Rabat con el resto de las representaciones diplomáticas extranjeras. En 1975 el edificio estaba abandonado, hasta que un grupo de estadounidense logró recuperarlo y crear el TALIM, el museo de la Legación americana en Tánger, donde se exponen documentos históricos, grabados, litografías, acuarelas y pinturas al óleo que representan a la ciudad. El edificio fue restaurado en la década de los años veinte del siglo pasado, se recuperó un pabellón árabe, donde se colocaron puertas antiguas y azulejos de Fez, lámparas del siglo XVIII, revestimientos de mármol y elementos de forja, tras este trabajo la Legación era un edificio imponente. Merece mucho la pena visitarlo. Se utiliza como centro de convenciones y sala de exposiciones de arte contemporáneo de artistas locales e internacionales. Cuenta, además, con una amplia biblioteca especializada en la historia del Magreb y de Marruecos a la que acuden los especialistas de todo el mundo en busca de documentación.
Al otro lado de la muralla en la parte en la que está la Legación Americana está el cementerio hebreo.
La tienda de perfumes y esencias más famosas de la ciudad es Madini, ya casi una institución en Tánger, un negocio artesano que ya lleva funcionando catorce generaciones. El nombre de la familia, Madini, significa “los que vinieron de la medina”. Llevan 400 años creando esencias de perfumes naturales de gran calidad libres de alcohol, ya que la tradición islámica prohíbe el alcohol. También hacen perfumes con alcohol recreando perfumes conocidos, si ese es vuestro deseo, lo único que tenéis que hacer es pedir la lista en la que figura el número y el equivalente comercial al que se imita. La perfumería la encontraréis en el número 14 de la Rue Sebou.
LA CIUDAD NUEVA:
Desde el Gran Zoco sale la rue Hourria, donde se encuentra el hotel Mizah que antes se ha mencionado. La rue Hourria desemboca en la Plaza de Mohammed V. En dirección este sale el boulevard Pasteur, la principal arteria comercial que tiene una gran terraza panorámica del Estrecho de Gibraltar y el cabo de Tarifa. Al lado de esta terraza comienza la rue Orellana, si bordeáis encontraréis el GRAN TEATRO CERVANTES, construido en 1913, el edificio modernista más importante de la ciudad. Solo la fachada costó más que todo el edificio.
Si Uno de los barrios de Tánger es de claro sabor español es el BARRIO DE SAN FRANCISCO, al que se accede desde la Plaza de Mohammed V por la Avenida de Bélgica o por la calle San Francisco. Está construido sobre una loma desde la que se domina la medina. La presencia española se evidencia cuando pasamos delante de las fachadas de los colegios Severo Ochoa o el Ramón y Cajal, rodeados de jardines, el edificio del Consulado español y en el Hospital Español, actualmente un geriátrico. También en él se encuentra la Catedral de Tánger, erigida en el año 1956 en estilo modernista. Junto a ella se encuentra la Misión Franciscana. También en el barrio encontraréis la Mezquita de Mohammed V y la Iglesia y el cementerio anglicano de San Andrés.
Al oeste de la Plaza de Mohammed V comienza la rue de Belgique que atraviesa otro de los barrios interesantes de la parte nueva, el BARRIO DE MARCHAN, con edificios de estilo francés del siglo XIX, muchos de los cuales son sede de oficinas consulares y hospitales. Desde el cruce de la rue de Belgique con la Avenue Hassan II es un buen punto de partida para localizar el café Hafa y la necrópolis púnico-romana que se sitúan frente al mar. La entrada a la necrópolis es gratuita. En ella se encuentran noventa y ocho tumbas de los siglos IV a I a.C.
Quiero cerrar esta sección sobre Tánger compartiendo con vosotros otra curiosidad sobre otro de los residentes míticos de la ciudad. Si os desplazáis a un hotel que se llama Maison d’hôtes estaréis visitando la que anteriormente era la Villa Joséphine, de la que fue propietario Walter Burton Harris. Quizá este nombre en sí no os diga nada, pero seguro que conocéis a Indiana Jones.
Burton Harris fue un periodista y viajero aventurero británico, fallecido en 1933, que alcanzó fama por sus crónicas para el periódico “The Times” sobre Marruecos. Se instaló en el país a la edad de diecinueve años, al que llegó acompañando a una misión diplomática británica, pasó la mayor parte de su vida en Tánger. El tipo en cuestión era un aventurero. Hablaba con fluidez francés, español y árabe y por su apariencia podía hacerse pasar por un marroquí nativo, cosa que hacía. Por ello podía moverse y llegar a lugares a los que no podían hacerlo ningún extranjero. En 1887 comienza a trabajar para el “Times” pasando a ser corresponsal permanente desde 1906, en un momento en que Marruecos era un foco de conflicto entre las potencias europeas. No sólo escribió para el periódico sobre todo lo que vivió durante estos años como un excepcional testigo de primera mano, también jugó un papel activo en estos acontecimientos. Los creadores del ficticio personaje de Indiana Jones tomaron como referencia a varios aventureros de finales del siglo XIX y principios del XX para establecer las características de su personaje, la épica vida de Burton Harris fue una de ellas.
COSAS QUE PODÉIS VER CERCA DE TÁNGER:
1.- Las Cuevas de Hércules, a unos 14 kms de la ciudad. El nombre de la cueva obedece porque, según la leyenda, el héroe griego Hércules pasó la noche en ella antes de llevar a efecto su undécimo trabajo: el robo de las manzanas de oro del jardín de las Hespérides. La gruta tiene dos entradas, una con salida a tierra y otra al mar. Se cree que fueron los fenicios quienes abrieron la marítima. Es una imagen muy característica de Marruecos pues la vista de la salida marítima de la cueva se asemeja a mapa del continente africano.
2.- El mirador del Cabo Espartel, a 5 kms de las cuevas.
3.- La necrópolis megalítica de Randak Gur.
4.- Las ruinas romanas de Cotta.
5.- El mirador del Cabo Malabata.
6.- El mirador de Perdicaris.
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