ARQUITECTURA RELIGIOSA
1.- MEZQUITAS
2.- MADRAZAS O MEDERSAS
3.- LA ZAGUÍA
4.- MAUSOLEOS
ARQUITECTURA CIVIL
1.- PALACIOS
2.- KSAR, KASBAH O ALCAZABA
3.- AGADIRES
4.- MEDINAS
ARQUITECTURA RELIGIOSA
LAS MEZQUITAS.
Las mezquitas es la construcción más importante del arte religioso islámico y un símbolo de la fe. A diferencia de lo que sucede en el cristianismo, una mezquita no es la “casa de Dios”, es un espacio sagrado de oración, pero no sólo es eso, la mezquita es un espacio de reunión de la comunidad en el que se tratan temas no sólo religiosos. Se debate sobre temas sociales, políticos, económicos y culturales. También y a diferencia del culto cristiano, hombres y mujeres se reúnen y rezan por separado.
Todas siguen el mismo esquema de construcción, basado en la casa donde vivió el profeta Mahoma en la ciudad de Medina.
Es un espacio cerrado en torno a un patio central (sahn), en cuyo centro hay una fuente de abluciones (sabil) para purificarse antes de entrar en el recinto sagrado. En uno de los laterales del patio se construye el alminar, en Marruecos normalmente son cuadrados, que es la torre desde la cual el muecín llama a la oración. El muro de la mezquita orientado en dirección a la Meca es la quibla y en ella es donde se sitúa el mihrab, que es el lugar desde donde el imán dirige el rezo de los fieles y el espacio más sagrado de la mezquita.
En Marruecos las mezquitas más antiguas son de la edad media, de origen almohade (mediados del siglo XII) o, almorávide, una tribu de la zona del Atlas que comenzó a expanderse en el siglo XI. Los almorávides tuvieron un mayor desarrollo arquitectónico, hicieron más innovaciones formales y ornamentales, prestaban más atención a la decoración. El arte almohade se caracteriza más por las construcciones colosales, la esbeltez de las líneas y lo elevado de los alminares, pero la decoración es más austera.
Las tres mezquitas más importantes para el mundo musulmán son la Mezquita de la Meca (Masjid-al Haram, en Arabia Saudí), donde nació Mahoma, la Mezquita de Medina (Al-Nabawi), lugar donde emigró Mahoma cuando se fue de la Meca y la Mezquita de Jerusalén (Al-Aqsa), donde Mahoma subió al cielo. Esta última está construida sobre las ruinas del templo de Herodes el Grande y es tan importante para un musulmán que una oración allí equivale a 500 oraciones.
LAS MADRAZAS O MEDERSAS.
En el equivalente occidental las madrazas son universidades religiosas islámicas.
En las primeras épocas del Islam no existían las madrazas, porque la religión se enseñaba en las calles, pero la costumbre existente en las mezquitas de debatir sobre temas religiosos, donde los creyentes acudían y buscaban a los maestros, hizo que se planteara la necesidad de crear centros donde realizar estas labores de formación.
En las madrazas se ofrecen dos tipos de formación, el Hafiz que es la memorización del Corán y el Ulema que comprende otro tipo de enseñanzas no religiosas, como ciencias, historia, filosofía, idiomas, etc… Las principales mezquitas suelen tener una madraza.
Desde el punto de vista arquitectónico, las madrazas son pabellones en cuya parte superior se sitúan los dormitorios de los alumnos, cerrados por tres lados, estando la parte anterior, donde se sitúa la puerta de acceso, abierta. Esta puerta de acceso está orientada al norte. Toda la construcción rodea a un patio central, a menudo bellamente decorado, con mosaicos de cerámica y atauriques tallados en yeso y en cuyo centro hay una fuente para realizar las abluciones. Normalmente las galerías norte y sur están ocupadas por las celdas de los estudiantes y en la galería este se sitúa la sala de oración o mezquita. Es fácilmente reconocible su ubicación, por cuanto es donde se sitúa el mihrab. Buscad dónde se encuentra un arco de herradura muy cerrado.
La madraza más antigua de Marruecos es del año 859, la madraza Qarawiyin, en la ciudad de Fez, curiosamente fundada por una mujer, Fátima al-Fihri. Entre sus estudiantes más notables estuvieron el Papa Silvestre II y el filósofo judío Maimónides. Esta mujer, heredó una cuantiosa fortuna tras la muerte de su esposo y hermanos y decidió invertir ese dinero en un proyecto educativo que fue la Universidad de Qarawiyin, la universidad más antigua del mundo que en la actualidad sigue en activo.
LA ZAOUIA
Es una escuela religiosa islámica. Este término se usa en las zonas del Magreb y del África oriental. Es el equivalente a una madraza o medersa. En la época precolonial, esta institución era una de las principales fuentes de educación en las zonas del Sahel proporcionando alfabetización básica a una importante proporción de niños, incluso en las zonas montañosas más remotas.
LOS MAUSOLEOS
En Marruecos hay muchos, tanto en las ciudades como en el entorno rural. Son construcciones en las que reposan los restos de una persona santa. Son lugar de peregrinación. Tienen una planta cuadrada y están cubierto por una cúpula, algunos tienen adosada una Mezquita. Los más conocidos son el Mausoleo de Idris I en Moulay Idris (fundador del país), el mausoleo de Idriss II en Fez y el mausoleo de Moulay Ismail en Meknes. Si bien, probablemente el más visitado sea el mausoleo de Mohamed V en Rabat, una construcción al más puro estilo árabe-marroquí, recubierto en mármol blanco italiano con una espectacular decoración en cerámica en las paredes, situado en el mismo complejo en el que se encuentra la torre de Hassan II.
Estos mausoleos, que en el entorno rural también se llaman morabitos, son lugares muy frecuentados. Los creyentes acuden allí en busca de consejos, ayuda, para rezar, pero también para hablar y relacionarse. A su alrededor se celebran romerías y fiestas, llamadas moussem. Además de a la construcción, también se llama morabitos a las personas a las que se les atribuye la condición de santos, conforme al islam, por su bondad, caridad y vida consagrada a Dios.
ARQUITECTURA CIVIL
LOS PALACIOS
En Marruecos los palacios reales, en su mayor parte, no son visitables. Sólo se puede admirar la belleza de su arquitectura exterior.
Destacan el Palacio Real de Dar al-Makhzen, en Fez. Es un palacio construido en el siglo XIV fuera de la medina, debido a su gran extensión, ya que su superficie supera las ocho hectáreas. Para poder atender a las necesidades de Palacio se construyó una nueva medina, la medina Fez el-Jdid. Lo más destacado de su fachada exterior son las siete puerta de madera maciza recubiertas de bronce, siete puertas que representan los siete días de la semana. Estas puertas están enmarcadas por una bella decoración de azulejos en los que predomina el color verde, que es el color del Islam y el color azul, que es color de la ciudad de Fez (como el rojo lo es de Marrakech).
En Marrakech el Palacio de Bahía, cuyo interior sí se puede visitar. El nombre del Palacio es el de la esposa favorita del gran visir del Sultán Si Moussa, quien mandó construir este palacio en su honor, a finales del siglo XIX, para ser el palacio más grande, fastuoso y magnífico del mundo. Destaca su arquitectura en estilo árabe marroquí, con exquisitos elementos decorativos, como los artesonados en los techos de las salas de cedro decorado con motivos geométricos y florales, la decoración con mosaicos en paredes y suelos y arcos de yesería finamente labrados.
La otra gran joya arquitectónica de Marruecos es el Palacio Real de Meknes. La ciudad imperial de Meknes, de estilo hispano-árabe, está ligada indisolublemente a la historia de Moulay Ismael, que trasladó la capitalidad de su reino de Fez a Meknes. Fue concebida como una fortaleza defensiva. Se construyeron cuatro líneas defensivas con murallas, con nueve puertas de acceso monumentales, principalmente la de Bab Mansour, la puerta más bella y grande de todo Marruecos, dentro de las cuales se situaron más de dos docenas de mezquitas, cuarteles, caballerizas, graneros, fondouks, jardines y palacios reales. Para la construcción de la ciudad se sirvió de una cohorte de esclavos, más de 25.000, apresados en los asaltos piratas a barcos europeos.
La ciudad de Meknes, como la Ciudad Prohibida de Pekín, no eran ciudades fortificadas construidas para la defensa de la ciudad y sus habitantes, fue construida para la defensa del rey. Moulay Ismael estuvo durante toda su vida obsesionado por la posibilidad de sufrir un asedio y su derrocamiento, por ello mandó construir esta ciudad, planificada para resistir ante los asedios enemigos. Con la capacidad de los graneros de palacios era posible alimentar a todos los habitantes de la ciudad durante 20 años. Del mismo modo mandó construir el estanque de Aguedal para asegurarse el suministro de agua en caso de emergencia. En los cuarteles del interior se alojaba la famosa y temida “Guardia Negra” imperial, encargada de la protección del monarca, llamada negra por estar compuesto este cuerpo militar por más de 100.000 esclavos sudaneses.
LOS FOUNDOUK
Son edificios construidos en torno a un patio central, para dar albergue y protección a los comerciantes de las rutas de las caravanas, a sus animales y a las mercancías que transportaban y a los viajeros. Estas casas tienen dos plantas, en la planta baja se daba alojamiento y comida a los animales de carga y monturas y se depositaban las mercancías y en el piso superior se acomodaba a los comerciantes y viajeros.
LAS ALCAZABAS, KSAR O KASBAH
Las kasbah son ciudades fortificadas, formadas por casas adosadas y una serie de instalaciones de carácter colectivo, como graneros, mezquitas, baños, hornos, calles, plazas, tiendas y comercios. Están localizados en lugares estratégicos o en zonas de montaña con el fin de facilitar la defensa, pues su finalidad principal era la protección de las personas, alimentos y ganado ante los ataques de los intrusos.
Las Kasbah están construidas con adobe (mezcla de arcilla, estiércol y paja secada al sol) y piedra, tienen planta normalmente rectangular, muros exteriores altos y en las esquinas se rematan con torres de vigilancia cuadradas. Las más conocidas son la de Ait Ben Haddou, Telouet, Taourirt, Medhia, Boulaouane, Chefchaouen,Tánger y Tetuán.
LOS AGADIRES
Los agadires son graneros fortificados comunitarios, propios de la zona del Anti Atlas. Los más antiguos datan del siglo XV. Por desgracia, muchos de estos agadires están actualmente en estado de abandono, pero aún algunos siguen en funcionamiento. Hay asociaciones de particulares y asociaciones culturales que están trabajando para salvar este extraordinario patrimonio arquitectónico de la cultura bereber del Atlas y conseguir la inclusión de estas edificaciones en la lista de bienes de patrimonio nacional, pero la dificultad jurídica se centra en el hecho de que los compartimentos del interior del agadir son propiedad privada, aunque el conjunto sea un bien comunal, por ello se está intentando concienciar a las comunidades rurales de la necesidad de conservar este rico patrimonio cultural para las generaciones del futuro.
Se cree que los agadires aparecieron cuando las tribus bereberes que habitaban en las montañas abandonaron el nomadismo y se tuvieron que enfrentar a la necesidad de tener que proteger de los saqueos, que eran frecuentes, sus alimentos, bienes y cosechas. La comunidad tomaba la decisión de su construcción en asamblea vecinal, todas las familias realizaban aportaciones en función de sus necesidades y posibilidades y a cambio se le asignaba una habitación para almacenaje dentro del agadir, de mayor o menor tamaño y accesibilidad en función de su contribución. Principalmente se almacenaba el grano de las cosechas, que se mantenía en un buen estado de conservación durante bastante tiempo, la cebada podía durar 25 años, las almendras o las nueces del argán hasta 30 años, pero también se guardaban armas, documentos, joyas, armas, miel, aceite etc…
Las familias propietarias del agadir pagaban el salario de un cuidador (amin) que lo custodiaba durante todo el año, de día y de noche y que daba la voz de alarma si detectaba algún movimiento inusual que anunciase un ataque de las tribus nómadas del desierto que buscaban alimentos en los periodos de sequía severa.
El funcionamiento de los agadires estaba perfectamente regulado desde el siglo XVII, cuando se redactó la “Carta de los Agadires”, en la que se establecían los derechos y obligaciones de los miembros de la comunidad propietarios. En cada una de las celdas, cada familia guardaba el título de propiedad junto con el reglamento que contiene las normas de funcionamiento del agadir.
Los agadires que aún están en uso están cerrados con llave. Si se solicita al cuidador, normalmente es posible visitar el interior. En algunos casos el acceso está sometido a una tarifa fija, pero en la mayor parte de los casos, para visitarlos sólo hay que ponerse en contacto con el guarda, que además hará una labor de guía, por lo que no hay que olvidar luego dejarle una propina en agradecimiento por sus atenciones.
Hay diferentes tipos de agadires en función de su localización. En las poblaciones del sur se construían en lo alto de promontorios rocosos de difícil acceso, ya que esa ubicación facilitaba su defensa. Este tipo de agadires se adaptaban a la forma de la cumbre donde estaban construidos, como si fueran una continuación de la misma, se mimetizaban, con la finalidad de que pasaran desapercibidos. Como normalmente no había mucho terreno donde construir, crecían en vertical. Un ejemplo de este tipo de agadires son los de Amtoudi id Aissa, Tadakoust, Aguelluy, todos ellos en la zona sur y, en la zona norte los de Dou Tagadirt y Tasguent. En la parte más accesible, la labor de defensa se encomienda a una muralla con torres de defensa y vigilancia, donde se coloca la única puerta de acceso.
La mayor concentración de agadires se encuentran entre Tafraoute, Ighrem y Ait Baha y la mayor parte de ellos, a diferencia de los anteriores, están construidos en zonas de fácil acceso y superficies más planas, a las afueras de los pueblos o incluso dentro de ellos. Este tipo de agadires crecen en horizontal y se les protege por medio de murallas en todo su perímetro, torres de vigilancia y una única vía de acceso protegida por una puerta recia y resistente. Ejemplo de este tipo son los agadires de Itourhain, Imechguiguelm y Toumlilime. En el espacio entre la muralla y el propio agadir había una serie de instalaciones en la que se realizaban una serie de labores indispensables para la defensa, era la zona de los hornos, talleres de carpintería y herrería, etc…. Y también se colocaba un aljibe para recoger y almacenar el agua de lluvia.
LAS MEDINAS
Las medinas es el nombre que se le da a un barrio antiguo de una ciudad. Normalmente suelen estar rodeadas por murallas y torres de vigilancia. Los elementos característicos de una ciudad islámica son una Gran Mezquita donde se celebra la oración de los viernes, de un souk o mercado y de un hamman o baños públicos.
Las Medinas en su interior están formadas por barrios en los que la población se agrupa por gremios, religión – por ejemplo, el barrio judío o mellah- jerarquía social o afinidad étnica y en cada uno de estos barrios hay como mínimo una mezquita, una fuente y un horno. Todos estos barrios se comunican entre sí por un auténtico laberinto de calles con algunas pequeñas plazas. Junto a estos barrios se agrupan generalmente la Mezquita Mayor o la Gran Mezquita, que se sitúa en el centro de la Medina y que suele tener como construcción aneja una Madraza y las calles comerciales de los zocos y alcaicerías (las alcaicerías son instalaciones comerciales donde se venden artículos de lujo, como las sedas).
El zoco es el centro neurálgico en las medinas, es el lugar donde se desarrolla la actividad comercial y artesanal, es un punto de encuentro social también. En los zocos las calles se organizan por gremios o tipo de oficio y dependiendo del tipo de oficio, los comercios están más cerca o más lejos de la Mezquita. Las actividades más sucias o malolientes, como curtidores, tintoreros etc… están más lejos del centro de oración. Por el contrario, están más próximos los perfumistas, los libreros, las sastrerías etc., las actividades más limpias.
Las casas tienen fachadas simples, con frecuencia sin más acceso al exterior que la puerta de entrada, ya que los espacios abiertos se proyectan hacia el interior en forma de patios interiores. Lo cierto es que la organización del espacio en las medinas se realiza teniendo en cuenta los factores medioambientales y climáticos (por esos las calles son estrechas, porque son las más adecuadas para protegerse del exceso de luz y del calor), pero también por cuestiones de carácter religioso, ya que en el Islam hay un respeto muy acusado a la privacidad – es por ello que las ventanas se abren hacia el patio interior, los edificios respetan cierta altura, las vistas desde las azoteas se limitan por la existencia de paredes, las puertas de entrada no se sitúan frente a la del vecino- , siendo también muy importante la preservación de la idea de la igualdad de todos los miembros de la comunidad y el respeto hacia aquellos que carecen de recursos. Por ello las fachadas son extremadamente austeras, sin decoración, prácticamente unas reproducción de la anterior, sin que revelen la mayor o menor riqueza de sus moradores o la opulencia de las estancias de su interior. Quien tenía recursos, levantaba fachadas decoradas de forma suntuosa sólo y únicamente para su contemplación privada desde el interior.
Las calles de las zonas comerciales son un poco más anchas y tienen un trazado más regular, porque están pensadas para transitar por ellas y demorarse y para la vida social. Sin embargo, las calles en las zonas residenciales no lo son, porque sólo están pensadas para pasar por ellas y acceder a la vivienda, tienen una función meramente utilitaria. Estas calles son más tortuosas y estrechas porque son las casas las que dan forma a las calles, no como sucede en las ciudades occidentales donde la formas de las casas viene determinada por la distribución de las calles.
De otro lado, esta distribución urbana también tenía una finalidad defensiva. La existencia de multitud de callejones tortuosos, muchos de ellos sin salida, ni puntos de referencia, facilitaba las labores de defensa de la ciudad, al ser más difícil para el invasor extranjero el orientarse por ellas.
Las medinas históricas en Marruecos de mayor interés son las de Fes, Marrakech, Meknes, Tetuán, Chefchaouen, Rabat, Taza, Essaouira, Safi, Asilah, El Jadida o Taroudant.
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