GUÍA DE ESSAOUIRA

 

   

 

 

Essaouira, es mejor conocida por su antigua denominación MOGADOR, una palabra evocadora, en el imaginario colectivo, de una atmósfera de misterio y exotismo, de aventuras de piratas y filibusteros. Es una ciudad costera de la costa atlántica, al norte del cabo Sim, situada sobre una península baja y estrecha, con una economía basada principalmente en las actividades pesqueras y turísticas. Es una de las ciudades más fascinantes de la costa atlántica.

La visita ineludible en esta ciudad es la medina de Essaouira, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2001. Quizá sus calles y trazados os resulten familiares porque esta ciudad fue escenario del rodaje de la tercera temporada de la famosa serie Juego de Tronos. La medina tiene un encanto especial, es una de las más bonitas de Marruecos.

Pasear por sus tranquilas calles de casas encaladas rematadas por puertas y ventanas de intenso color azul ornamentadas con detalles de filigrana sin sentir la presión del tiempo, sólo dejándose llevar por el sonido del viento, los ecos de la música gnawa y el repiqueteo de las olas que golpean las murallas es toda una experiencia que nos habla de tiempos pasados que quizá fueron mejores, pero con todo, Essaouira es uno de esos lugares que quedan anclados en el corazón y la memoria.

La ciudad, tras una etapa de declive, ha resurgido de sus cenizas sin perder en el camino su esencia, uniendo su historia con la cultura moderna. En el interior de la medina el corazón de la ciudad es la Plaza de Mulay el Hassan, una plaza muy concurrida y llena de encanto, donde podrás aprovechar para disfrutar de un café o de un té en alguna de las muchas terrazas.

La historia de esta ciudad data de muy antiguo y está ligada a los fenicios y a la púrpura, como evidenció el hallazgo en la isla de Mogador de restos de campamentos fenicios datados en el siglo VIII a.C. que se exponen en el museo arqueológico de Rabat.

La ciudad moderna se fundó en 1760 cuando el Sultán de la dinastía alauita Sidi Mohammed Ben Abdallah decidió crear un puerto en este emplazamiento que compitiera con el puerto de la ciudad de Agadir, que no acababa de controlar. Se encargó el proyecto urbano de la nueva ciudad a un ingeniero prisionero de origen francés, Theodore Cornut, que la estructuró conforme a criterios urbanísticos europeos, de ahí que la medina tenga un trazado europeo en forma de cuadrícula y las calles sean rectas y amplias, a diferencia del resto de las medinas del país. Precisamente de este hecho se deriva el nombre actual de la ciudad, Essaouira, que significa “la bien diseñada”. Essaouira acabó por ser el gran mercado al que acudían los comerciantes europeos y las caravanas procedentes del Sáhara.

Dentro de la Medina, merece la pena recorrer  la calle Siaguin, donde trabajan los orfebres de la plata y la calle de Mohamed Ben Abdala, una calle comercial con numerosas tiendas que termina en el antiguo barrio judío (la Mellah).

Encontrareis muchas galerías de arte, restaurantes y cafeterías y tiendas de artesanos. Son reputadas la orfebrería en plata y los trabajos en madera de huya, cedro y ébano.

 Cruzando la medina por la Rue Ben Abdallah se llega a la antigua Mellah , el barrio judío. La Mellah de Essaouira actualmente está en un estado deteriorado pero, pese a ello, es posible apreciar los signos que reflejan la riqueza de la comunidad judía de la ciudad. A principios del siglo XX los judíos eran más numerosos que la población musulmana. Sin embargo, tras la guerra de los seis días, la mayoría de ellos emigraron a Israel y Canadá. Sólo regresan, como peregrinos, para visitar el cementerio hebreo.

A los antiguos cementerios se llega atravesando la Muralla por las Puertas del sur, la Bab es-Sebaa o la Bab Marrakech.

En la antigua residencia del Pachá, en la calle Laaluj, está alojado el Museo Sidi Mohammed Ben Abdallah, una interesante visitar a realizar. Exhibe una interesante colección de joyas bereberes y de instrumentos musicales – hay una vitrina dedicada a la música del Al-Ándalus en el Magreb- , documentos sobre cantos bereberes, trabajos de pintura sobre madera, haiks y caftanes, alfombras del Tensift, útiles de la vida cotidiana y una colección de armas.

Frente al puerto, destaca la fortaleza de la Skala du Port, construida en la época del dominio portugués .  Los portugueses establecieron en esta costa una avanzadilla militar  y comercial. En 1506 construyeron el puerto y la fortaleza, que cuenta con dos torres defensivas, que permitían defender la ruta marítima y controlar la zona del puerto y la isla de Mogador. Desde ellas se tienen las mejores vistas de Essaouira. Sobre el muro almenado se alinean antiguos cañones españoles.  El puerto es hoy en día el lugar más animado de la ciudad.

En él destacan barcos azules, construidos aún con técnicas tradicionales. Quizá os encontréis a los pescadores reparando sus redes para salir al día siguiente a la pesca de bajura. Cada día, cuando regresan al puerto, en la lonja cercana se realiza la venta de pescado, todo un espectáculo en sí mismo. En el mismo puerto y junto a las barcas de pesca, hay restaurantes populares que invitan a saborear el pescado recién sacado del mar. Pero, en general, por toda la ciudad abundan los restaurantes donde poder comer pescado fresco que cocina por encargo.

La ciudad nueva se extiende a las afueras de la muralla, con un paseo marítimo al sur y al este de la medina, donde se aloja una gran playa de arena fina con vistas a la bahía, donde poder realizar muchas actividades, como el sur, paseos a caballo, dromedario o en quad. En toda la franja costera, con frecuencia, soplan los vientos alisios, por ello la zona es idónea para la práctica del  windsurf, siendo un punto de encuentro habitual de los amantes de este deporte. Otra de las actividades que se pueden realizar es la visita a la isla de Mogador en un barco turístico que bordea su costa. La isla de Mogador también se la conoce como Íles Purpuraires, lo que se traduce al español como islas púrpuras. El motivo es que durante las épocas fenicia y romana existía una factoría donde se obtenía la púrpura, un tinte que se extrae de un gasterópodo y que abundaba en sus costas. Hoy en día, es una isla deshabitada, que no se puede visitar sin autorización oficial y que es una reserva natural, hogar de los halcones de Eleonora, de abril a octubre.

La región comprendida entre Essaouira y Agadir es un árido altiplano poblado principalmente por bosques de arganes.

 

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